El fomento de la inclusión en la UCH
En un mundo cada vez más globalizado y diverso, la no discriminación y la inclusión se han convertido en pilares fundamentales para el desarrollo de sociedades justas y equitativas. La Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH) se compromete a ser un espacio donde estos valores se promuevan activamente, reconociendo que la educación inclusiva no solo es un derecho, sino también una necesidad imperativa para el progreso y la cohesión social.
La importancia de la no discriminación
La no discriminación es esencial para asegurar que todas las personas, independientemente de su género, raza, religión, orientación sexual, discapacidad, o cualquier otra característica personal, tengan acceso a las mismas oportunidades y recursos. La discriminación, en sus múltiples formas, perpetúa la desigualdad y la exclusión, limitando el potencial de individuos y comunidades.
La Lic. Ruth Nevado, Jefa de Responsabilidad Social Universitaria, explica que la discriminación es una manifestación de intolerancia hacia alguien distinto, “a quien le adjudicó una serie de estereotipos y prejuicios que terminan marginalizándolo o excluyéndolo. Esa intolerancia elimina la posibilidad de una convivencia respetuosa, tranquila y sana; pero, sobre todo, lastima y ofende a ese “otro o distinto”, menoscabando su autoestima, afectando el desarrollo de sus aprendizajes, limitando sus posibilidades de relacionarse, de conseguir trabajo e, incluso, de acceder a la educación o recibir atención médica”.
Por su parte Ruth Mori, Defensora Universitaria en la UCH, manifiesta que la discriminación es una forma de violencia contra una persona o grupo, “es un trato desigual que va en contra de los principios de la justicia, el respeto, la igualdad, la tolerancia; y en estos tiempos ya no podemos permitir este tipo de prejuicios que devienen en conductas discriminatorias”.
Es importante destacar que, en el ámbito educativo, la discriminación puede tener consecuencias devastadoras. Los estudiantes que enfrentan discriminación pueden experimentar niveles elevados de estrés, bajo rendimiento académico, y una menor motivación para participar en actividades escolares. Además, la discriminación puede afectar negativamente la autoestima y el bienestar emocional de los estudiantes, impidiéndoles desarrollar sus capacidades al máximo.
Recomendaciones para trabajar en la sociedad
La UCH ha adoptado una postura firme en contra de la discriminación y a favor de la inclusión, entendiendo que la diversidad enriquece el proceso de aprendizaje y prepara a los estudiantes para vivir y trabajar en un mundo plural. Fomentar la inclusión implica crear un entorno donde todas las personas se sientan valoradas, respetadas y apoyadas, independientemente de sus diferencias. Pero este trabajo se podría ver reflejado en una sociedad más justa, específicamente en este tema.
“Entre muchas de las cosas que necesitamos hacer, una que considero fundamental, es empezar a desmentir los estereotipos y prejuicios que se adjudican a los grupos de nuestro país que históricamente han sido discriminados, como personas con discapacidad, de la comunidad LGTBIQ+, afroperuanos, quechua hablantes, entre otros”, detalla Ruth Nevado, quien declara que un prejuicio es un juicio de valor que se basa en experiencias específicas, “y no pueden usarse para sentenciar a otras personas que compartan algo en común como origen, género, edad, etnia, otros. Y un estereotipo es una idea o creencia preconcebida y generalizadora, pero que ignora las capacidades, fortalezas y subjetividades particulares de cada persona”.
Sobre este asunto, la Defensora Universitaria de la UCH, Ruth Mori, explica que la sociedad en general “deberían ser tolerante y elevar el nivel de educación en todos los niveles, proponer políticas efectivas en las instituciones y centros de trabajo para que permitan mejorar la calidad de vida y construir sociedades más justas y equitativas”.
La inclusión como pilar educativo en la UCH
La UCH ha adoptado una postura firme en contra de la discriminación y a favor de la inclusión, entendiendo que la diversidad enriquece el proceso de aprendizaje y prepara a los estudiantes para vivir y trabajar en un mundo plural. Fomentar la inclusión implica crear un entorno donde todas las personas se sientan valoradas, respetadas y apoyadas, independientemente de sus diferencias.
La Jefa de Responsabilidad Social Universitaria, Ruth Nevado, declara que la UCH ha priorizado dos enfoques en su política de Responsabilidad Social Universitaria (RSU): género y territorialidad, porque considera que es urgente abordar las desigualdades y violencia por género e identidades sexuales, “de esa manera, contribuiremos a una mayor equidad en la sociedad. En base a este marco político, se están generando alianzas con entidades del Gobierno para dar inicio a proyectos que aborden temas de desigualdad y discriminación; pero también, internamente, se está trabajando para asegurar que nuestro modelo formativo y de gestión también incluya estos temas”.
Desde la Defensoría Universitaria, Ruth Mori destaca que en la UCH se promueve la igualdad, el trato horizontal, el compañerismo y el respeto mutuo entre cada miembro de la comunidad universitaria, “nuestro modelo educativo, al tener un carácter integral, contempla el desarrollo de una ciudadanía crítica con valores humanistas que rechazan toda forma de discriminación”.
En nuestras aulas, promovemos prácticas inclusivas que aseguren que cada estudiante tenga la oportunidad de participar y prosperar. Esto incluye la implementación de políticas y programas que atienden las necesidades específicas de los estudiantes, tales como ajustes razonables para aquellos con discapacidades, apoyo lingüístico para estudiantes de diversas procedencias, y la promoción de un clima escolar que celebre la diversidad.
Recomendaciones para fomentar la inclusión
La inclusión no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece la comunidad universitaria en su conjunto. Un entorno inclusivo fomenta el respeto mutuo y la colaboración, creando un clima de confianza y cooperación que es fundamental para el aprendizaje y la innovación. Los estudiantes que se sienten incluidos y valorados son más propensos a participar activamente en la vida académica y a contribuir con sus ideas y talentos únicos.
Además, al promover la inclusión, la UCH prepara a sus estudiantes para el mundo laboral, donde la capacidad de trabajar en equipos diversos y de valorar diferentes perspectivas es cada vez más apreciada. Los empleadores buscan profesionales que no solo tengan habilidades técnicas, sino también competencias interpersonales y culturales que les permitan navegar en entornos multiculturales.
Ruth Nevado, indica que, en nuestro país, la discriminación se considera un delito desde el año 2000, en ese sentido, es importante que las instituciones, como las universidades, aseguren el cumplimiento de este artículo del Código Penal, no sólo sancionando, si no, principalmente, generando cuestionamiento y crítica sobre creencias y comportamientos discriminatorios.
“Ese cuestionamiento y crítica, implica miramos hacia dentro. No es fácil, pero las transformaciones significativas inician ahí. En ese mirar adentro, necesitamos atravesar los miedos que nos ocasiona lo diferente o distinto a mí, también, identificar dónde hemos aprendido esa posición, qué perdemos al discriminar como personas, familias y sociedad, y qué ganamos si decidimos construir sociedades que integran más las diversidades”, declaró Nevado.
La Defensora Universitaria, Ruth Mori, considera que antes de realizar un juicio negativo acerca de un grupo social o una persona por su orientación sexual o identidad de género, debemos reparar que somos seres humanos y merecemos respeto mutuo, “por ello la necesidad de ser empáticos, tolerantes y no emitir juicios a priori que por lo general afectan a las personas o grupos precitados. Por eso, la educación juega un papel clave para prevenir este tipo de conductas. Es necesario que las universidades abran el diálogo acerca de esta problemática y promuevan la reflexión crítica y una cultura inclusiva que sea transversal a todo el quehacer de la comunidad universitaria, a la vez que tenga un impacto en la dinámica social”.
El impacto de la inclusión en la comunidad universitaria
La inclusión no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece la comunidad universitaria en su conjunto. Un entorno inclusivo fomenta el respeto mutuo y la colaboración, creando un clima de confianza y cooperación que es fundamental para el aprendizaje y la innovación. Los estudiantes que se sienten incluidos y valorados son más propensos a participar activamente en la vida académica y a contribuir con sus ideas y talentos únicos.
Además, al promover la inclusión, la UCH prepara a sus estudiantes para el mundo laboral, donde la capacidad de trabajar en equipos diversos y de valorar diferentes perspectivas es cada vez más apreciada. Los empleadores buscan profesionales que no solo tengan habilidades técnicas, sino también competencias interpersonales y culturales que les permitan navegar en entornos multiculturales.
En la Universidad de Ciencias y Humanidades, creemos firmemente que la educación inclusiva es la base para una sociedad más justa y equitativa. Al fomentar la no discriminación y la inclusión en nuestras aulas, no solo estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad ética y legal, sino que también estamos enriqueciendo la experiencia educativa de nuestros estudiantes y preparando líderes comprometidos con la construcción de una sociedad más justa.