La importancia de una buena salud mental

10/10/2022

Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, factor muy importante para nuestro correcto desenvolvimiento en la vida. Para conocer sobre la importancia y de cómo disponer de una buena salud mental, consultamos con la docente, Mag. Ysabel Cristina Peralta Rupay, quien se desempeña como docente y jefe de prácticas en la Universidad de Ciencias y HumanidadesUCH en la Escuela Profesional de Psicología, así mismo ejerce como psicóloga forense en el Poder Judicial del Perú.

Es importante tomar en cuenta que muchas personas no tienen claridad sobre el significado de salud mental, ante esta inquietud, la docente Ysabel Peralta nos explica que, “la salud mental es lo que se entiende como bienestar psicológico, emocional y social. Es sentirnos bien con la forma como pensamos, cómo actuamos y cómo sentimos. Influye mucho en nuestro desempeño en diferentes áreas. Por ejemplo, una persona que no cuenta con una buena salud mental, difícilmente puede rendir bien en su trabajo,  o en los estudios, o tener relaciones armónicas en su entorno familiar. No tener una buena salud mental puede afectar, en definitiva, nuestra calidad de vida”.

El Perú tiene serios problemas de salud mental

En 2020, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud - Minsa realizó un estudio a nivel regional donde reveló que en todos los departamentos del país, los trastornos mentales y del comportamiento se ubicaban en el top 10 entre las principales causas de pérdida de años de vida saludable. Pero genera preocupación que en ciertas regiones, como Madre de Dios, Tumbes, Junín y Arequipa, estaban en el top 3.

“Los principales problemas de salud mental en nuestro país están relacionados con la depresión y ansiedad. Esto puede estar asociado a condiciones personales o biológicas, a condiciones socio culturales y también a contextos familiares. Un factor de riesgo es la violencia, que en nuestro país, tiene alto índice. También se suma la falta de atención adecuada por parte de los servicios de salud. Es una atención deficiente, e inaccesible para varios sectores de nuestro país. La consecuencia es el empobrecimiento, la falta de desarrollo, así como la alteración de la vida familiar”, sostiene la Mag. Ysabel Peralta.

Un desafío social puede ser el reconocer en nosotros o en otras personas, problemas de salud mental, algo que nos ayudaría a tomar medidas en lugar de que estas se incrementen, “se pueden observar cambios en la rutina y el comportamiento de la persona, también en su estado emocional. Por ejemplo, podemos observar a una persona que era muy sociable, cambiar y mostrar retraimiento, que es la dificultad para interactuar con los demás. También podemos observar cambios en el estado de ánimo, por ejemplo, dificultad para experimentar alegría o disfrutar de las actividades que habitualmente disfrutaba”.

“Otro aspecto que se identifica es la disminución del rendimiento o desempeño, sea académico o laboral. Con frecuencia, se encuentra una alteración de las relaciones familiares. Hay tensiones en el hogar, tendencia a sostener conflictos, discusiones recurrentes”, declara la docente de prácticas preprofesionales en la UCH.

Cómo prevenir los problemas de salud mental

La docente Mag. Ysabel Peralta, explica que para prevenir problemas de salud mental es importante que las personas tomen medidas para crear espacios de sana interacción en el contexto familiar, “se debe tratar de encontrar equilibrio entre las actividades de trabajo, estudio, recreación y el compartir en familia. La familia puede ayudar mucho a prevenir la aparición de problemas de salud mental. Al ser un ambiente agradable, que brinde acogida, afecto, comprensión y atención; ayuda a evitar o minimizar el riesgo que ocurra un problema de este tipo. Entrenarse en pautas de crianza positiva ayuda a educar de forma adecuada a los hijos y prevenir los problemas de salud mental en niños y adolescentes”.

Entre los factores que se asocian a la falta de salud mental figuran los genéticos, socio culturales y familiares, “si estos factores son de riesgo, pueden surgir los problemas de salud mental. Por ejemplo, tener padres o familiares con problemas de salud mental incrementa el riesgo. Vivir en un entorno social, inseguro, amenazante y hostil, incrementan el riesgo también”, detalla la psicóloga Peralta.

Cómo ayudar a alguien con problemas de salud mental

Una situación que se podría presentar y para la cual deberíamos estar preparados es cuando alguien de nuestro entorno esté pasando por problemas de salud mental. En este caso tenemos la imperiosa necesidad de hacer algo al respecto, tal como aconseja la Mag. Peralta.

“En primer lugar, podemos orientar a esa persona a aceptar ayuda profesional para identificar bien de qué problema se trata, ya que es importante prevenir y evitar que el problema de salud mental se agrave. Y para ello, es necesario que tanto la persona afectada como su familia reciban una adecuada orientación. Muchas veces, se deja pasar el tiempo, pensando que el problema es algo pasajero; o que con un poco de distracción se puede eliminar. Sin embargo, los distractores no son la solución definitiva, y el problema se va gestando internamente. Estos distractores son como un escape, solo proporciona un alivio temporal, hasta que la situación explota”, aconseja.

La docente de la UCH resalta que existen centros de salud mental comunitarios a los que podemos acudir en caso se requiera atención en esta especialización, “estos centros de salud mental comunitarios pertenecen a la red de atención del  Ministerio de Salud. Están ubicados en cada distrito. También están los Hospitales de Salud Mental como el Noguchi o el Hermilio Valdizán y el Larco Herrera”.

Problemas de salud mental tras la pandemia

Es innegable que la pandemia por la COVID-19 incrementó los problemas de salud mental en la población peruana, “impactó significativamente, especialmente a la población psicológicamente vulnerable; sea por edad o por alguna condición pre existente. En el primer caso, tenemos a la población de niños, adolescente y adultos mayores. Los menores desarrollaron problemas de ansiedad, depresión, ataques de pánico; pérdida o disminución de sus habilidades sociales, actitud de desesperanza ante el futuro, ante la vida”, explica la docente Ysabel Peralta.

“También hay ciudadano que fueron golpeados por múltiples pérdidas: padres, abuelos y otros familiares queridos. Estuvieron expuestos además a una elevada carga de tensión y estrés familiar por tiempo prolongado, a un cambio drástico de sus clases, la pérdida del contacto e interacción presencial con sus vínculos amicales que habían desarrollado. En el caso de los adultos mayores, es una población que también se vio muy afectada por el aislamiento originado por la pandemia. Perder el contacto con la familia, significó perder el soporte emocional y afectivo. Enfrentaron la soledad y el aislamiento, desarrollando cuadros de depresión y otras enfermedades”, declaró.

Pero corresponde afrontar tal situación, encarando con optimismo y entusiasmo los retos de la vida. Ante esta situación, la docente Peralta aconseja que retomemos nuestras actividades, y que busquemos que estas sean diversas, “debemos atender nuestras necesidades y las de nuestro entorno familiar. También busquemos el equilibrio entre lo laboral, educativo y/o familiar. Buscar conectarnos con aquello que nos proporcione disfrute y nos permita un crecimiento personal. Por ejemplo, retomar aficiones, actividades deportivas, artísticas, buscar actividades que nos ayuden a relajarnos y conectarnos con nuestro propio ser: yoga, mindfulness son algunas actividades recomendables”.

Estamos en tiempos donde poco a poco se están dejando atrás las restricciones por pandemia. Algunos centros laborales están optando por el trabajo remoto y otros por retornar al presencial, para ambos casos la Mag. Peralta aconseja, “intercalar el trabajo con pequeñas rutinas que ayuden a controlar el estrés. Por ejemplo, para los que trabajan de manera presencial, destinar unos minutos al día., puede ser antes de acostarse, para lograr la relajación, podría ser meditación; y un día a la semana, realizar una actividad, tipo taller o deporte que sea de su agrado”.

“Para quienes laboran de manera remota, podrían destinar intervalos de tiempo (minutos) a relajarse, sea a través de la respiración o estiramiento, salir un momento a un parque cercano. También aconsejo el entrenarse en actividades de mindfulness, por ejemplo”, aconseja la Mag. Ysabel Peralta.

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