Padres o docentes, ¿cómo podrían mejorar la problemática en la educación?
En la actualidad, se ve una notoria desconfianza entre las partes que intervienen en el proceso de la educación. En muchos casos, los padres desconfían de los profesores y estos desconfían de la labor de los padres, incluso se señalan entre ellos como responsables de los valores o la buena formación académica que, en el país, muchos alumnos carecen.
A pesar que los padres desconfían de los docentes, es paradójico que les deleguen por completo la responsabilidad de sus hijos, esperando que los devuelvan educados. Por otro lado, muchos docentes consideran que la familia es la más adecuada para brindarles los valores. Entonces, ¿cuál es la función del padre y del docente? ¿Debe ser una responsabilidad compartida o cada uno debe ceñirse a realizar sus funciones y confiar en que la otra parte realice bien las suyas?
El docente Juan Carlos Palomino Paredes, director de la Facultad de Educación de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), al ser consultado por esta problemática, señaló que una solución factible es una educación basada en un modelo integral y un enfoque intercultural con la participación y compromiso compartido entre los docentes y padres de familia. “Ambos agentes formativos son dos caras de una misma moneda, pues deben estar unidos ante tantos cambios tecnológicos e innovadores en la sociedad actual”.
Palomino expresó que otro factor clave es la formación docente desde sus primeros años de estudio para interiorizar su motivación por la vocación y el compromiso docente. "Las universidades en sus cursos de estudios generales deben propiciar la inducción pedagógica y las actividades de tutoría con catedráticos didácticos y profesionales en psicopedagogía para crear un buen clima en la clase que se basa en el respeto ciudadano y a partir de ahí, con protección de servicio a la comunidad”.
Agregó asimismo que “ya estando dentro de la universidad, la institución debería brindarle al futuro docente visitas a centros educativos de las zonas urbanas y rurales, así como prácticas pre-profesionales en estas sedes como parte de la currícula, con la finalidad que amplíen su vocación fuera de las aulas.
Aconsejó a los docentes en actividad profesional, a innovar en sus reuniones, involucrando a los padres de familia; eso quiere decir, no tan escolarizada ni tradicional, sino más bien reuniones integradoras y dinámicas donde los padres sean parte del conversatorio. “De esta manera, los docentes también aprenderán a socializar con padres e hijos fuera de las aulas, logrando más interacción y unidad que tanta falta hace en nuestro país”, expresó el director de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UCH.
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