Máximo Damián se encuentra delicado de salud

01/19/2015

"Quiere tu música, no comercialices tu música ni tampoco cambies. Si quieres a tu pueblo y quieres que te reconozcan; mil veces quiere a tu música y no a la plata. Tu música que cantas es lo que vales, a través de ella tendrás cualquier cantidad de personas que te van a querer; aunque no tendrás plata tu identidad es lo principal. Máximo no cambies la música que siempre tocas, siempre tienes que tocar. Mantener la música antigua", le decía el escritor y poeta José María Arguedas a su fiel amigo Máximo Damián Huamani. Hace unos días la noticia de su grave estado de salud alteró las secciones culturales de los medios de comunicación. diario16 fue hasta su casa en San Miguel y conversó con él.

Bajó muy despacio las escaleras, tiene serias dificultades al caminar, estaba muy delgado; vestía una camisa manga larga azul y un chaleco gris que combinaba con su pantalón y su gorrita. Máximo Huamán es uno de los mejores artistas que tiene el país. Ha regalado su música a varios países de América, Europa y Asia, tuvo el privilegio de mantener una entrañable amistad de casi veinte años con el histórico José María Arguedas, más que amigos, fueron como familia.

Tras distintos recitales de su violín y participar en distintos homenajes y reconocimientos a Arguedas, hoy Máximo ya no tiene las mismas fuerzas que antes. Los lunes, miércoles y viernes debe salir de su casa a las 6 de la mañana para poder llegar a tiempo al Hospital Octavio Mongrut en su distrito para recibir las diálisis que controlan su avanzada diabetes. Pero eso no es el principal problema de Don Damián, cerca de cumplir 80 años, tiene serios problemas para trasladarse al hospital, más que eso, una dificultad en la cadera o la columna, o en los dos, es tanto el dolor que no sabe de dónde proviene. En el hospital a dónde va lo derivan a otro, y en ese nunca encuentran al especialista indicado. Máximo quisiera tener las fuerzas y el tiempo para lidiar con la burocracia del sistema de salud, pero no puede.

"La transferencia es una pérdida de tiempo, a veces va por emergencia, de ahí lo derivan a consulta externa, allí llama por teléfono y no hay. De repente, si hay suerte va para que lo vean, pero no están los especialistas que él requiere. Le duele la cintura, simplemente le mandan a hacer análisis de orina, de sangre; le duele su columna, no sé si es por la cintura o el problema en el riñón, pero le duele. Es un trámite tremendo, te dan cita para un mes y a veces coincide con su diálisis", explica Isabel Asto, su fiel compañera.

"Cada vez que tengo dolor voy al Hospital Mongrut, aunque a veces no tengo plata", se ríe nervioso. Don Damián necesariamente tiene que movilizarse en taxi, a veces le cobran ocho soles la carrera, otras veces, con suerte seis. Cobra su seguro de la Oficina Nacional de Pensiones (ONP); y otra de la Escuela Nacional del Folklore, pero no le sirve de mucho. El dinero del costoso tratamiento de diabetes y los gastos de la casa se lo llevan todo.

Una vez incluso sufrió un accidente. En búsqueda de su abogado por el Centro de Lima, resbaló en la pista y se rompió la frente, también se rasguñó sus piernas. En su casa recibieron el llamado de un policía y fueron de inmediato al Hospital Loayza, temían que le amputen la pierna por la diabetes que padece, felizmente se recuperó. Es difícil ver a una personalidad como Máximo Damián sin la atención del sistema de salud que merece. Tantos años que ha regalado al mundo su música indígena. Ha participado en más de siete documentales, ahora mismo están preparando uno sobre su vida; además de diversos libros y textos dedicados a él.

¿Recibe apoyo de instituciones de cultura?

Su esposa destaca el apoyo que le brindó el primer ministro de Cultura del país, Juan Ossio, durante el último gobierno aprista. Cuenta que le dio reconocimientos, diplomas y medallas, pues estuvo el día que inauguraron el Ministerio de Cultura. Luego de eso, nadie tuvo la iniciativa de apoyarlo.

Doña Isabel explica que a ella no le interesa la ayuda de ninguna institución. Sin embargo, valora que el Ministerio de Cultura le haya permitido a uno de sus tres hijos poder trabajar con ellos.

La promesa eterna de Arguedas

Don Damián extraña a su amigo Arguedas, los amigos que ahora tienen casi no lo visitan. Recuerda que una vez al escritor lo invitaron a una fiesta, sus ojos verdes brillan cuando evoca aquellos momentos: "José María Arguedas comenzó a bailar huayno y a cantar; estuvo cante y cante, baile y baile hasta las 10 de la noche. Luego se despidió. Al día siguiente lo busqué en una librería por Plaza San Martín donde trabajaba su esposa Sybila Arredondo para ver cómo había amanecido". Me dijo: "Máximo, ayer he bailado hasta decir basta, cómo me he reído, igualito al pueblo serrano, tomando chicha. Máximo yo vengo el día jueves a tu casa, espérame".

Don Máximo ese día mandó a preparar sopa de la sierra, la que le gustaba a Arguedas; también puso en la mesa papa huayro y queso. Lo esperó muchas horas, pero ese día el poeta nunca llegó. La sopa se quedó fría. "¡Acá está Arguedas!, en mi sueño apareció con su saco, debió ser su espíritu, le conté a mi tía que lo soñé; ella me mandó a comprar pan. Rumbo a la panadería, en la puerta habían bastantes periódicos colgados, allí leo en un diario "José María Arguedas se ha suicidado", por eso no vino, esa misma noche se había suicidado. Dejé el pan y fui al hospital. Él ya no hablaba ni reconocía a nadie. Fui a su oficina en La Molina y había dejado bastantes cartas, una era para mí, me pedía que yo tocara en su sepelio sus canciones favoritas. El 2 de diciembre murió. Toqué en su funeral", repite Don Máximo retrocediendo en el tiempo.

Desde entonces ha dedicado su vida a cumplir la promesa que le hizo a su entrañable amigo. A preservar la música y costumbres de su pueblo, a nunca cambiar. Hace un año que ha realizado su última presentación en una universidad peruana, recuerda sus viajes al extranjero, y sus viajes a su tierra, Ayacucho.

El pedido

No quieren reconocimientos ni medallas ni diplomas, el único pedido de Don Máximo Damián es que lo transfieran al Hospital Rebagliatti de Jesús María, confía que allí tendrá una mejor calidad de atención. Ha intentado atenderse allí, pero lo rechazan o le dicen que vaya a los hospitales de su distrito de residencia, ¿Sería mucho pedir un mejor trato a un artista que siempre ha tenido listo su violín para tocarle al país? Le cuento que en internet hay mucha información que habla de su aporte a la música, de su tradición, de su amistad con Arguedas, se ríe tímidamente, sorprendido, y agradece, siempre agradece.

Fuente: Diario 16

Artista, amigo de José María Arguedas, pide apoyo para ser transferido de hospital donde se atiende.
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