La importancia de las inteligencias múltiples
Tradicionalmente la inteligencia se ha visto como una única habilidad, y medida principalmente por una cifra: el coeficiente intelectual. Este número, obtenido mediante pruebas psicológicas a temprana edad, era capaz de determinar si un niño iba a ser un “genio”, una “persona promedio” o alguien que iba a tener problemas en la vida. Y esto era “comprobado” ´con el rendimiento académico de la persona en el futuro.
Este concepto viene siendo desplazado en la psicología y en la pedagogía por el de “inteligencias múltiples”, que resalta las diferentes capacidades de los individuos en áreas que no son solamente las académicas tradicionales. El concepto del psicólogo estadounidense Howard Gardner propone ocho áreas de inteligencia que pueden ser combinadas para definir mejor las aptitudes de un individuo.
“Con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta que no solamente el aspecto académico es importante para ser una persona exitosa, o para que nos vaya bien en el campo laboral y en la vida cotidiana. Hay muchas personas con un coeficiente intelectual alto a quienes les va mal en el ámbito profesional”, afirmó la profesora Karina Chirinos, responsable de la oficina de Psicopedagogía y Tutoría de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH). Por lo tanto, es necesario separar las múltiples áreas de la inteligencia, según afirma la teoría de Gardner.
Algunas de estas áreas son: Inteligencia lingüística, responsable del manejo del lenguaje e ideal para escritores y oradores. Inteligencia musical, que incluyen el “buen oído” para la música y la habilidad de crear melodías. E inteligencia lógica matemática, tradicionalmente considerada como “la más importante”, relacionada con el tratamiento de números.
Sin embargo, los otros cinco tipos de inteligencia pueden ser extraños para quienes ven el tema desde una perspectiva tradicional. Por ejemplo, la inteligencia espacial, que está relacionada con la habilidad de ver el mundo en tres dimensiones, tiene aplicaciones en campos tan diversos como la arquitectura, el arte y la biología. También existe la inteligencia corporal-kinestésica, que permite a cirujanos, deportistas y bailarines emplear su cuerpo para resolver distintos problemas.
Asimismo, se consideran la inteligencia intrapersonal, que permite que formemos una imagen de nosotros mismos y planteemos soluciones a nuestros problemas; así como la inteligencia interpersonal, que nos permite entender y relacionarnos con otras personas. Estas cualidades, aunque siempre han sido valoradas, no eran parte de la visión tradicional académica de la inteligencia. Finalmente, la inteligencia naturalista, que fue añadida recientemente, es la que determina la relación entre el individuo y el medio ambiente, la cual es cada vez más apreciada en medio de la coyuntura del cambio climático.
Entonces surge la pregunta, ¿estamos predestinados a tener ciertas aptitudes y no poder desarrollar otras? La profesora Karina Chirinos afirma que el entorno permite desarrollar diversas aptitudes. “Desde lo académico hasta lo artístico, es importante estimular diferentes inteligencias múltiples”, comentó.
“Podemos aprender muchas cosas desde que nacemos. Si nuestro cerebro está sano y estamos en un buen entorno, podemos desarrollarnos en varios aspectos. La predisposición es importante pero no determinante”, opinó Chirinos.
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